¿Es una cita?

Había pasado casi una semana desde que se había reencontrado con Aaron, pero todavía no lo había vuelto a ver. Necesitaba un poco de orden en su cabeza, y sobretodo en sus sentimientos. No estaba enamorada de él, o al menos eso creía, pero le tenía cierto afecto, un tanto especial. Aunque no sabía si el chico se conformaría sólo con eso. Y por supuesto, que apareciese de repente después de que hubiese estado más de un año desaparecido... No ayudaba en absoluto a entender las cosas.

Una cosa sí era cierta. Se alegraba de tenerlo de vuelta. Pero cuando él le envió aquella nota diciéndole que quedasen, no supo qué hacer. Se puso nerviosa y le pidió que lo pospusiesen un par de días, alegando que ese día estaba ocupada. Cosa que, por cierto, no era verdad. Y por otro lado también se aseguró de no quedar en Baco's, porque de ser así, estaría todo el rato hecha un manojo de nervios.

Luego no sabía qué vestirse. Si se arreglaba mucho, parecería una cita. Si se arreglaba poco, parecería que no quería estar ahí. Así que procuró arreglarse en un término medio, para evitarse compromisos. Ropa informal, con unos zapatos de tacón, harían el apaño: ni mucho ni poco.

Llegó a la plaza un poco antes de la hora acordada. Se sentó a esperar en uno de los bancos de mármol que rodeaban el pedestal de Pandora, y se quedó observándola. Pero en realidad, más que meditar sobre ella, estaba absorta en sus pensamientos e inseguridades. Empezó a juguetear con la correa del bolso, enrollándola en los dedos, estrujándola, retorciéndola. Cuando se daba cuenta de lo que hacía, paraba, pero al rato volvía a empezar.

Un año atrás no se habría puesto tan nerviosa por quedar con un amigo de clase.

Una semana le había bastado a Aaron para retomar una vida que había quedado paralizada un año atrás. Al día siguiente de su llegada a la universidad, tras hacer los papeleos necesarios, se dirigió a la población pesquera que le vio nacer pues sus padres no estaban enterados de su retorno. El reencuentro fue igual de complicado que el de Eveline pero, a pesar de tener que digerir que su hijo ahora era un vampiro, sus padres sintieron un gran alivio al saber que su hijo mayor estaba vivo. Dos días después los periódicos elementales de la zona se encargaron de extender la noticia rellenando los vacíos argumentales con ideas a cada cual más extraña.

Pero fue justo a la semana siguiente de haber llegado cuando escribió una escueta nota a Eveline para preguntarle si quería salir. La respuesta había sido una negativa para el día acordado pero ofrecía otra posibilidad dos días más tarde en la plaza de Pandora. Seguramente ella pensaba en una quedada entre amigos, y eso era lo que debería de pensar Aaron, sin embargo los sentimientos hacia ella iban más allá de la amistad.

El vampiro caminaba a paso apresurado por las callejuelas de Elinto para llegar justo a la hora acordada. Para la ocasión había optado por una camisa azul oscura y unos pantalones negros, quizás demasiado formal para un encuentro entre amigos. El reloj marcaba un minuto más tarde de la hora en la que habían quedado cuando llegó a la plaza y echó un vistazo para ver si estaba Eveline, conociendo su manía de aparecer antes. Y allí estaba ella, sentada en un banco retorciendo la tira de su bolso con nerviosismo. Caminando por el lateral de la plaza se colocó a su lado sin que fuera divisado por ella.- ¿Tan nerviosa te pongo?- preguntó inclinándose hacia ella para luego reir despreocupado.

Dió un sonoro respingo, con rebote y todo. No se esperaba eso. Para nada. Estaba totalmente desprevenida. Aunque dicho sea de paso, posiblemente un año atrás Aaron no se habría presentado de ese modo. Juraría que había cambiado más de lo que parecía, y no sólo lo referente a su condición.

-¡N-no! ¡Claro que no! -contestó levantándose inmediatamente, un tanto molesta por la pregunta, la cual consideraba un poco egocéntrica, y de no ser porque llevaba la correa del bolso cruzada y quitarlo sería más molesto que dejarlo donde estaba, le habría arreado con él en toda la cara- ¡No vuelvas a hacer eso! -le regañó, aunque lo cierto es que sí estaba nerviosa, pero no podía permitir que él se diera cuenta si querían que todo fuese lo más parecido posible a como era antes.

Cuando le vio mejor, se dio cuenta de que se había arreglado para la ocasión, así que sus temores se volvieron ciertos: era una cita. Nunca había visto a Aaron tan formal, y eso le hizo pensar que a pesar de que sólo había pasado algo más de un año, ambos habían crecido mucho. Incluso ella solía vestir más formal que antes, como aquellos tacones que llevaba en ese momento, con los que se había acercado unos centímetros más a la altura del chico. Y de repente se sintió muy rara en aquella situación.

-Aún por encima de que me haces esperar, me vienes con estos sustos... -refunfuñó con una mano sobre el corazón, tan sólo por no quedarse callada en una situación en la que se sentía tan extraña, disimulándolo tan bien como podía. Después de todo se había criado en la alta sociedad. Sabía mentir bien.

- Era una broma inofensiva, Eve, no era para ponerse así.- se defendió el chico alzando las palmas de sus manos en un gesto de inocencia. Aquella situación le parecía de lo más cómica, incluso le recordaba a un tiempo mejor.- Sólo he llegado un par de minutos tarde, entra en los cinco minutos de cortesía.- se encogió de hombros al rebatir el regaño de su compañera. Eveline siempre había sido una joven con carácter mientras que a él se le tenía que buscar más para que saltara.

- ¿Nos movemos?- preguntó el griego haciendo un ligero gesto con su cabeza provocando que su cabello se agitara levemente con el movimiento. Quedar los dos parados en aquel lugar, de pie, no era la idea que Aaron traía en mente.- Prometo no volver a hacerte enfadar en toda la tarde.- afirmó el joven comenzando a caminar sin un rumbo fijo.

No había planeado nada para hacer aquella tarde que había reservado para ella, era algo que dejaba al azar. Baco's quedaba descartado pues él no podría tomar nada y seguro que Eveline no aceptaría ser observada por el vampiro. Por el momento no se alejarían mucho de la plaza, luego podrían sentarse en otro banco si lo deseaban. Ya le preguntaría cuando llegara el momento.

Eveline le siguió, y comenzaron a pasear sin ningún rumbo concreto, por las calles de alrededor de la plaza. Al principio no sabía qué decir, qué temas de conversación tratar, pero enseguida le vino la inspiración.

-Te he visto en el periódico -dijo casualmente. El regreso de Aaron había revolucionado medio mundo mágico-. Ahora sí que eres famoso. Me vas a eclipsar a mí y a todos los Evans -lo dijo como broma, pero con el mismo tono que si hablase normal, aunque conociendo al chico, seguro que la fama no le hacía demasiada gracia.

-¿Te ha interrogado mucho la prensa? ¿Cómo se lo está tomando tu familia? -preguntó después, para cambiar de tema por si el otro le incomodaba. En realidad no sabía si sus padres habían estado al corriente o no de su paradero, pero todo apuntaba a que no era así. Que un hijo resucite convertido en vampiro no debía ser fácil de digerir para ellos... Sobre todo porque a ella también le estaba costando bastante. Quería preguntarle por su hermano, pero temía entristecerle o, peor aún, cabrearle con sus preguntas.

Los artículos de periódico había llegado a manos de Eveline por lo que parecía si bien no le extrañaba pues se había visto en varios. La verdad es que no era algo que le agradase demasiado y menos cuando más de un periodista quería sonsacarle dónde había estado realmente en todo este tiempo.- Dentro de unos meses se habrán olvidado de mí, o eso espero.- dijo sinceramente pues no quería seguir siendo el objetivo de la prensa.

- Realmente estoy harto de ellos con sus miles de preguntas.- bufó el griego.- No he hecho declaraciones pero parecen no cansarse nunca. Además cada vez se inventan cosas más absurdas aunque supongo que es mejor que la verdad.- se encogió de hombros.- ¿Mis padres? Bueno no ha sido fácil como tampoco lo fue contigo. No creo que lo hayan terminado de asimilar pero saber que no han perdido a sus dos hijos les ha animado.- el tono jovial del principio se había ido apagando a lo largo de la charla.

No quería que la coversación fuera por ese camino. Como pensaba, se pondría melancólico. Tenía que pensar en algo.

-Bueno, mira el lado bueno, seguro que por lo menos tendrás un club de fans que te persiga por las bibliotecas de la universidad -trató de hacer una broma, aunque sabía que no sería tanto de su gusto, y surgió un silencio corto pero incómodo.

-Ya verás cómo todo vuelve a ser mejor -dijo al final, intentando animarle-. Es cierto que no creo que sea como antes, o al menos no exactamente igual. Pero tus padres lo asumirán. Y el resto del mundo también. Es sólo que no es fácil. Cuando una se hace a la idea de una cosa, de repente cambia radicalmente, de la noche a la mañana... Incluso Anya está en shock.

Anya. Otro tema para tratar aparte. Cuando se enteró por la prensa de que Aaron estaba vivo no se lo tomó demasiado bien, e interrogó a su hermana sobre ello. No consiguió despistarla así que le confesó que acababa de saberlo y que estaba tan confusa como ella. Pero en el fondo sabía que su hermana se preguntaba por qué el seguía vivo mientras tantos otros seguían muertos. Como por ejemplo Damocles. Eveline sospechaba que aquel chico le había gustado, si bien no había habido nada entre ellos.

-Dentro de unos meses, la prensa se habrá olvidado de tí, y todos los demás nos acostumbraremos a tu presencia de nuevo. No desesperes. No es que a los demás nos guste sentirnos así tampoco.

-Bueno, todo, lo que se dice todo, no se lo he contado. Simplemente lo vio en el periódico... Seguro que te imaginas que no se lo tomó muy bien. Ya sabes, por lo de Damocles. Y hemos discutido un poco, porque da igual lo que ella quiera, no fue culpa de nadie, y no tiene derecho a ponerse así.

Tampoco quería que Aaron se sintiera mal por ello, pero el tema había salido solo. Era lo que suele pasar cuando se tiene una conversación sin rumbo concreto durante un paseo sin rumbo concreto. Ella se había fijado un poco más por dónde iban al principio, pero al meterse en la conversación se descuidó lo suficiente como para no girar hacia otro lado en la esquina anterior... Y allí estaban ahora, en el "lugar de los hechos".

Por eso casi se esperaba que él hiciese referencia a aquel día. Lo que no se imaginaba era que hiciese referencia a "aquel tema" de una manera tan... ¿Directa? ¿Agresiva? Y fue eso lo que hizo que sus mejillas se tiñesen de rosado y que pusiese aquella mirada de víctima inocente que casi nunca ponía. Sólo en ocasiones especiales. Así que hizo una de las cosas que mejor se le daban...

Salirse por la tangente.

-C-claro, yo también lo recuerdo perfectamente -acto seguido puso una sonrisa traviesa, señal suficiente como para que Aaron supiese que sabía a qué se refería, pero que no saldría de ella tal gesto-. Si él todavía quiere ser su guardaespaldas, el puesto sigue vacante.